Son muchas las alternativas que tenemos para crear un cabecero que vista la cama de los más pequeños. Hoy por hoy, los de madera reciclada han adquirido un gran protagonismo. Sin embargo, hay cabeceros que nunca pierden vigencia a pesar del paso de los años y de la aparición de nuevas tendencias.
Hablamos de los cabeceros tapizados; una propuesta clásica que ha sido actualizada para adaptarse a los dormitorios actuales. Una alternativa que nos permite además transformar con sencillez en dormitorio cuando sea necesario. Retapizar el cabecero con otro color o motivo es todo lo que tendremos que hacer.
Los cabeceros tapizados nos ofrecen flexibilidad cuando se trata de decorar un dormitorio infantil. A medida que los niños crecen cambian sus necesidades y cambian también sus gustos. Los cabeceros tapizados son capaces de adaptarse a estos cambios con sencillez y un gasto moderado.
Es suficiente cambiar el color, el motivo o la textura del tejido para que no solo la cama, sino el dormitorio al completo se transforme. Podemos combinar el cabecero con la pared o con la ropa de cama en cada etapa. O escoger un olor neutro desde el principio que encaje tanto en una decoración infantil como juvenil.
Los cabeceros estampados son llamativos y frescos. En combinación con la ropa de cama pueden darle mucha vida a un dormitorio neutro. Los cabeceros lisos en tonos crema, beige o gris, en cambio, resultan mas sobrios. Estos, sin embargo, poseen una ventaja; la capacidad de encajar en diferentes ambientes.
Los cabeceros lisos no tienen además por qué resultar aburridos. La técnica capitoné, todo un clásico, consigue a través de remaches/botones un relieve geométrico muy elegante. Al igual que estas existen otras técnicas que juegan con los relieves. También resultan interesantes las propuestas mas modernas, en las que los cabeceros integrados toman formas ergonómicas, presentando un diseño limpio y práctico.