Cocinas elegantes en blanco y negro

cocina blanco y negro

Es una norma estética universal: el blanco y negro es una combinación cromática perfecta y elegante, por eso es una de las que más nos convence a la hora de decorar. Este clásico, que nunca ha desaparecido del todo, volvió a cobrar fuerza con el auge de la decoración de estilo nórdico, en donde es protagonista. Un buen ejemplo son las cocinas en blanco y negro, como las que te mostramos en este artículo.

Entre otras cosas, vamos a ver cómo se puede crear un luminoso espacio en blanco con toques negros en los que ambos colores se conjugan y se ayudan mutuamente a destacar. Tan opuestos y a la vez, tan complementarios, como un matrimonio perfecto.

¿Por qué combinan tan bien el blanco y el negro? Si prestamos atención a la psicología del color, descubrimos que el negro posee una serie de cualidades innatas como la elegancia, la sofisticación y la sobriedad. Eso sí, al ser también el color más oscuro del espectro, es aconsejable no abusar de él. Se debe usar de manera moderada y siempre en combinación con otros tonos que aporten algo de luz.

Aquí es donde entra en juego el blanco, que combina a la perfección con el negro, proporcionando contraste y luminosidad. Es el equilibrio del tablero de ajedrez, que tan bien funciona a la hora de crear espacios serenos y agradables.

blanco y negro
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Más allá de la teoría cromática más elemental, también es cierto que en una cocina en blanco y negro el efecto del contraste se potencia aún más si añadimos elementos naturales, como madera o plantas, e introducir diferentes texturas. Esto además contribuirá a dar una mayor calidez a la estancia. Lo veremos con más claridad en los ejemplos que presentamos en este post.

Una pregunta que solemos hacernos a la hora de afrontar este tipo de decoraciones binarias es esta: ¿hay que aplicar ambos colores al 50% o hay alguno que debe predominar por encima del otro? Todo es relativo y depende de muchos factores, entre ellos, nuestros propios gusto. Analizamos estos y otros casos en los siguientes apartados:

Con predominancia del blanco

cocina blanco y negro

Si no estamos totalmente convencidos de las bondades estéticas de las combinaciones de blanco y negro en una cocina, siempre es más prudente apostar por la opción más conservadora. Es decir, más blanco que negro. O si lo planteamos de otro modo: decorar una cocina en blanco añadiendo una serie de detalles en negro.

Colocar el blanco en el centro de los focos, en el papel de gran protagonista de nuestra cocina, es un recurso que siempre va a funcionar bien. Este color casa perfectamente con los diseños minimalistas y contemporáneos, resaltando la pulcritud y la pureza de las líneas, aunque también es magnífico en una cocina de corte clásico.

Observemos el ejemplo de arriba: indiscutiblemente, el blanco es el color predominante, lo cual es siempre es buena idea en cualquier habitación que deseamos que sea luminosa. Es el color que llena las paredes (en este caso con un interesante diseño geométrico de los azulejos), el techo y el mobiliario de cocina. Por su parte, el negro queda reservado a la encimera, la campana extractora, los taburetes y los tiradores de las puertas y los cajones. El resultado es redondo.

Obviamente, hay muchas otras maneras de combinar ambos colores. Hay tantos diseños de cocinas en blanco y negro como ideas en nuestra cabeza. Se trata simplemente de elegir la distribución más adecuada según nuestros gustos y preferencias y, claro está, según los límites y posibilidades que cada cocina ofrezca.

Con predominancia del negro

cocina blanco y negro

Esta es una apuesta un poco más arriesgada, pero que ofrece unos resultados todavía más espectaculares que los del caso anterior. Convirtiendo el negro en el color principal de nuestra cocina lograremos un impacto visual único. Lo vemos sobre estas líneas: negro cuarzo en los muebles de la cocina, en los paneles de la isla, en la lámpara del techo e incluso en los cojines de las sillas. Sobriedad y elegancia que se refuerzan aún más con la presencia de un suelo porcelánico, también en negro.

El blanco juega aquí un papel de actor secundario, discreto pero imprescindible, aportando el equilibrio necesario. Está presente en las sillas, en la superficie de la isla, así como en techo y paredes. Es el antídoto perfecto para evitar un exceso de negro que puede arruinar por completo la atmósfera de nuestra cocina.

También cabe la posibilidad de poner el tono negro en las paredes. Muebles blancos y paredes en color negro con pizarra o pintura normal. La pizarra es un elemento muy versátil y actual en donde podemos dejar mensajes y cambiar la decoración cada día.

Un detalle a tener en cuenta en estos diseños es que, si elegimos muebles totalmente negros para una cocina, las manchas y las marcas se van a notar mucho más. Por eso lo mejor es apostar por buenos materiales, a fin de que no tengan un aspecto demasiado gastado a medida que pase el tiempo.

Jugar con un tercer color

Existe todavía otra manera de conseguir una preciosa cocina en blanco y negro con un ambiente equilibrado. La idea consiste en introducir un tercer color neutro que «medie» entre ambas tonalidades en su pugna por imponerse la una sobre la otra. Las soluciones más eficaces nos las van a aportar los dorados, los plateados y la madera.

La forma adecuada de aplicar este tercer color va a depender de muchos factores, pero en líneas generales podemos afirmar que dorados y plateados pueden ser muy eficaces en las lámparas y los tiradores de los cajones y armarios, mientras que la madera es más versátil: puede estar presente en cualquier lugar de la cocina, pues siempre va a sumar algo positivo al conjunto.

En la imagen de arriba vemos un pequeño resumen de todo esto. El tono dorado adorna la pequeña lámpara del techo y hace brillar la estructura de las patas de los taburetes que rodean la encimera. También lo vemos en el grifo del fregadero, de estilo tradicional.

En cuanto a la madera, en este caso se limita al suelo. Tratándose de una cocina, por fuerza ha de ser madera de imitación, es decir, un pavimento impermeable o hidrófugo. En cualquier caso, con el aspecto cálido y elegante que se requiere.

Si la combinación de blanco y negro resulta agradable en una cocina, también lo es en cualquier otra estancia de la casa. Los mismos principios estéticos decorativos se pueden aplicar a una sala de estar o un dormitorio, por ejemplo. Siempre va a resultar agradable a la vista y, de forma muy sutil, también va a aportar serenidad a los habitantes de la casa.


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