Las paredes de ladrillo a la vista vuelven a estar de moda, y por eso son muchos los hogares que optan por dejarlas al descubierto o por ponerlas de nuevo en ladrillo falso. Sea como sea, es un elemento que combina a la perfección con una gran variedad de estilos, por lo que vale la pena probarlo para darle un toque diferente a las paredes.
En esta ocasión veremos un dormitorio con las paredes de ladrillo blanco. Aunque lo más habitual es dejarlo en su color original, que también queda muy bien, lo cierto es que son muchas las personas que se deciden a pintar estos ladrillos, ya que la textura permanece y queda muy original.
A estos ladrillos podemos darles un aspecto bien envejecido, sobre todo si deseamos darle textura a las paredes. Para una habitación con muebles sencillos es ideal, ya que le aporta una gran personalidad. Además, parece más auténtica, dándole un toque de loft al dormitorio.
Estas habitaciones tienen un estilo vintage que le queda genial a la pared pintada en tonos blancos. Pintarla de este color también nos ayuda a dar mucha más luminosidad si la habitación es pequeño u oscura. El estilo vintage con muebles antiguos supone todo un acierto a la hora de decorar un dormitorio con una pared de ladrillos.
El estilo industrial es el que surgió de los loft, que eran antiguas fábricas y tenían grandes espacios, paredes de ladrillo, las tuberías al aire y ese tipo de elementos. Hoy en día es un estilo muy imitado en apartamentos y casa, porque resulta original y actual. Las paredes de ladrillo son parte de sus elementos más destacados, por lo que son perfectas si queremos decorar el cuarto en este estilo. Añadir lámparas de metal, dejar las tuberías a la vista o un suelo de cemento son cosas muy habituales en este estilo.