Con el estilo industrial se pusieron de moda de nuevo las paredes con el ladrillo al descubierto, en su forma más original. De manera que en algunos hogares incluso ponían ladrillo falso para copiar este tipo de paredes de los lofts más auténticos. Con el tiempo todo evoluciona, y por eso en muchas de las casas han optado por pintar estos ladrillos para que conserven el toque rústico pero sean un poco más modernos y chic.
Las paredes de ladrillo blanco son ideales para el hogar, ya que tienen algo de industrial, rústico y auténtico, pero el tono blanco les aporta luminosidad y un toque moderno y chic. Las podemos encontrar con pintura desconchada, lo que es perfecto para un cuarto bohemio, con decoración desenfadada, o uno de estilo vintage.
Si queremos que nuestro hogar tenga ese aire bohemio y vintage, la pintura debe estar desgastada. Estas paredes así parecerán más antiguas, y el espacio tendrá un toque muy interesante. Los elementos también debemos cuidarlos, con lámparas industriales, plantas naturales, muebles vintage y de madera y otras ideas que vayan acorde con esos estilos.
En estos comedores tan sencillos, han querido darle un gran protagonismo a esa bonita pared de ladrillo, sin quitar luminosidad al espacio. Por eso han elegido el color blanco. La textura del ladrillo destaca igualmente sobre el color blanco, pero esto nos permite hacer destacar también los tonos de la madera o de las plantas naturales.
En estas casas han utilizado estas paredes para darle un toque chic pero decadente a todo. Las lámparas en cristal son muy elegantes, y por eso contrastan más con las paredes, que aparecen con pintura desgastada e incluso con aparentes manchas.
Estas paredes también deja entrever el ladrillo que hay debajo. Al aplicar menos pintura, queda un toque más rústico, y al mismo tiempo se nota más el ladrillo, si es que deseamos destacarlo.