Aunque su autoría sigue siendo un misterio, se dice que el sofá Chesterfield fue creado a principios del siglo XIX para amueblar con empaque los selectos clubs donde acudían los hombres de la alta sociedad londinense, y su diseño fue pensado para mantener la espalda recta y colocar los brazos con porte, de ahí que el respaldo y el reposabrazos se encuentren a la misma altura. Lo que es indiscutible es la permanencia del denominado sofá «Chester» en el mundo de la decoración; caracterizado por sus motivos en capitoné y sus tachuelas decorativas, se define por su elegancia, artesanía y compacidad.
Con el tiempo los tonos oscuros originales fueron sustituidos por pieles en colores llamativos e incluso por diferentes tejidos lujosos como el terciopelo, la seda o el lienzo. Hoy día se cotizan los sofás Chester de época, tanto en anticuarios como en internet, pero también es posible encargar el diseño a un buen ebanista y darle un toque vintage si elegimos una piel envejecida o una tela antigua con la que tapizarlo.
A mediados del siglo XX se ampliaron las posibilidades de uso del Chester desarrollando su versión en sofá cama, que se ha seguido produciendo hasta nuestros días. Tiene mucho que ver con el hecho de que sea un mueble realmente versátil y fácil de encuadrar, ya que encaja por igual en un hotel, una empresa o un domicilio particular; funciona como pieza clave del salón, separador de ambientes, en un rincón de relax y lectura, en el dormitorio, el despacho, el hall o hasta en el porche. No hay un sofá que haya tenido tantas revisiones y al mismo tiempo siga manteniendo su espíritu con tanta fuerza.
Tampoco ha habido un modelo de sofá más versionado: Este diseño de Paula Navone para la firma Baxter simplifica las formas del clásico sofá Chester y extiende el capitoné a lo largo de todo el sofá, italianizando los códigos de un mueble esencialmente británico.
Una version futurista y reducida del Chester sería la colección Star System, creada por Enrico Buscemi and Piergiorgio Leone para Giovannetti collezioni. A modo de esculturas monobloque, estos sofás están realizados en espuma de poliuretano de alta densidad, tapicería bioelástica desenfundable y botones de acero que brillan cuando les incide la luz. A pesar de los materiales de última generación, parece que las cosas no ha variado mucho en los últimos 200 años…
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Fuentes – In the name of vintage, The Deco Soul, Facilísimo, Internum, Dezeen, Forest sofa