Por razones “familiares” viajo a menudo a Bilbao, y hoy os hablaré de una obra arquitectónica que descubrí en una de mis últimas visitas, se trata de la Alhóndiga Bilbao.
En el centro de Bilbao se encuentra este enorme edificio, construido por el arquitecto Ricardo Bastida en 1909, que hasta los años 70 funcionó como un almacén de vinos y licores, y que recientemente se ha convertido en un centro cultural, de conocimiento, de deportes y de ocio.
“La Alhóndiga Municipal” fue el primer inmueble de hormigón armado construido en Bilbao, diez años después de su primera inauguración se incendió, aunque ese hecho no frenó su actividad como distribuidor de vinos de Vizcaya, fue en los años setenta cuando se quedó obsoleto y llego su decadencia.
Estuvo deshabitada durante muchos años y después de casi una década de obras y tres millones de euros para su rehabilitación a manos del diseñador Philippe Starck, este edificio modernista se inauguró el pasado 18 de mayo. La construcción mide 43.000 metros cuadrados, ocupa una manzana entera del centro de Bilbao y consta en su interior de 43 columnas de diversos movimientos, estilos y materiales, en su rehabilitación únicamente se ha conservado la fachada de la Alhóndiga original y el interior ha sido rediseñado de nuevo.
Por el momento, la Alhóndiga consta de: piscinas, gimnasio, cines, restaurantes, tiendas y salas de exposiciones… y poco a poco se van inaugurando otros espacios (biblioteca, mediateca, solárium… etc.)
