Si hay un accesorio recurrente en las propuestas decorativas actuales son las piezas de cerámica Fat Lava, fabricadas mayoritariamente en el Oeste Alemán (RFA) entre las décadas de los 50 y los 70 y que hoy se han convertido en una auténtica fiebre para coleccionistas de antigüedades, amantes de la artesanía o meros aficionados a la estética retro. A la venta en internet, tiendas vintage o mercadillos de altura, se caracterizan por tener un tamaño considerable, de formato sencillo y paredes gruesas.
Su denominación se debe a la decoración esmaltada de su acabado, cuya superficie se asemeja a las burbujas de lava de un volcán en erupción. En muchos casos solían elegirse tonos rojizos o anaranjados para potenciar ese efecto, que se conseguía añadiendo una serie de productos químicos al esmalte. Según la dosis utilizada, se conseguían cráteres más o menos profundos y se jugaba con el relieve mediante capas adicionales de espesor.
A nivel estético los fabricantes alemanes tomaron varias influencias para enriquecer el valor artístico de los Fat Lava: La elegancia y equilibrio formal de la cerámica escandinava, el colorido de la artesanía mediterránea y los motivos gráficos de Europa del Este; de ahí que algunos modelos tengan un acusado aire bizantino o recuerden al cristal de Murano italiano.
Decorativamente hablando se tiende a colocar en un mismo ambiente varios Fat Lava de diferente altura y grosor, pero manteniendo una armonía tonal que aporte heomegeneidad al «bodegón», que suele montarse en el recibidor, sobre la mesa de comedor o un aparador, la repisa o el alféizar de la ventana. Más allá de las tendencias, los colores neutros, pastel o la gama fría de los azules y los verdes son los más demandados para los jarrones por su discreción y refinamiento.
Es en los tiestos y macetas donde se opta por un colorido más llamativo y extravagante: Durante la década de los 70 los diseños cerámicos de Fat Lava destacaron por el exceso y la explosión de colores, con grafismos exóticos y un repertorio más étnico, aunque también hubo muchos modelos de estética espacial debido a los acontecimientos del momento, con acabados que recuerdan a la rugosidad grisácea de la superficie lunar que Neil Amstrong y su equipo acababan de pisar.
A título personal, reconozco que me decantaría por invertir en un complemento más funcional, como una jabonera, un frutero o una lámpara como ésta, que cuenta con una base de cerámica Fat Lava a la que se puede acoplar libremente cualquier pantalla standard. Si esta reconocida técnica alemana acaba pasando de moda por lo menos seguiría resultando útil como luminaria…
Más información – Ideas para decorar y dar función a un alféizar
Fuentes – Alquián, Blurat, Etsy, Fat Cat brussels, Flirck, On life and lava, Tumblr,
me gusta algunas piezas me parecen muy originales