Anima tu espíritu viajero decorando con mapas

La situación actual de la mayoría no está para realizar grandes viajes ni darnos unas largas vacaciones, por lo que utilizar mapas y planos como motivo decorativo nos servirá para soñar con esos destinos que desearíamos visitar o incluso para aprender a situar un enclave en su lugar exacto, aportando además un buen toque de estilo que puede ir desde lo industrial y desenfadado hasta un neo-clasicismo ecléctico y relajado.

Si optamos por darle todo el protagonismo, las alternativas más recurrentes son los mapas del mundo detallados o planos de ciudades sobre-dimensionados, bien sea en su versión geográfica actual o en cartografías antiguas, donde se suele buscar un acabado sepia y envejecido (y si no, se provoca manualmente) para que la estancia consiga una estética más retro o un aire poético con reminiscencias a los clásicos libros de viajero.

Hay numerosos papeles de pared a buen precio que incluyen motivos viajeros o mapas con los que podemos enriquecer y dar color a los paramentos, pero si preferimos decantarnos por el DIY podemos tomar ejemplo del estudio juvenil de la imagen izquierda, donde se ha sacado partido a un atlas ya desechado para empapelar con sus páginas toda una pared.

El resultado es altamente inspirador y los tonos suaves de las láminas contribuirán a crear un ambiente acogedor y luminoso que les ayude a concentrarse. Para un efecto de menor impacto visual, podemos simplemente revestir una cómoda o el cabecero de la cama para dar un halo romántico y preciosista a nuestro dormitorio.

El mundo de los complementos también ha sucumbido a estos motivos cartográficos, desde mapas despiezados y enmarcados en series, a letras decoradas con planos de ciudades en vinilo o las sempiternas colecciones de globos terráqueos de variada procedencia y épocas. Lámparas, bandejas, pouffs, paragüeros… cualquier accesorio admite esta estética «viajera» e intemporal; hay que abrirse al mundo, aunque sea únicamente con la imaginación.