No es habitual encontrar cocinas en las que el amarillo sea protagonista. Este color es capaz de iluminar el ambiente e imprimir calidez y alegría al mismo, pero también un color muy llamativo y por lo tanto, arriesgado. ¿Nos cansaremos de el? Es probablemente la respuesta a esta pregunta la que habitualmente nos hace dudar sobre la elección.
Es cierto que el amarillo es un color llamativo, pero precisamente en esa característica reside su atractivo. Para equilibrarlo podemos combinarlo con colores neutros como el blanco o el gris, pero también con muebles de madera en tonos naturales.
A la hora de decorar la cocina puedes darle protagonismo al amarillo utilizando alacenas en este color. Puedes arriesgar en el diseño, eligiendo la totalidad de las alacenas en este color o apostar por el amarillo en pequeñas dosis. Al tratarse de un color muy intenso, será suficiente para ver transformado el espacio.
Si eliges esta última opción, combina tus muebles amarillos con otros de colores neutros. Tanto el blanco como el gris oscuro son dos elecciones estupendas; ten en cuenta la luz natural de la habitación para decantar la balanza hacia uno u otro. ¿Mas opciones? Combina los muebles amarillos con otros en tonos azules oscuros y/o color madera.
Si no te atreves con los muebles, puedes probar con los azulejos. Al estar en un segundo plano resultan mas «discretos» y si te cansas siempre puedes sustituirlos o pintarlos. Fíjate en la primera imagen; los azulejos amarillos en contraste con esas alacenas blancas y los electrodomésticos de acero consiguen crear un espacio elegante y moderno. ¿Y que me decís de los rodapies? son el complemento perfecto, ese remate final en la decoración de la cocina.
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