En ocasiones, utilizamos la pintura y las paredes para crear un espacio totalmente diferente. Es una parte de las estancias que resulta muy importante, y que es posible usar para cambiar totalmente el aspecto de una habitación. Crear una pared degradada, con pintura que va de un tono a otro, es algo difícil, pero realmente original.
Conseguir una pared degradada es complicado, pero se puede hacer con los materiales adecuados y con mucho cuidado. Además, es fundamental saber elegir los tonos a combinar, ya sean del mismo color o de dos diferentes que se combinen. El resultado, si está bien realizado, queda muy bonito y creativo.
Lo primero que hay que hacer es elegir bien los tonos. Si solo quieres varios tonos de un mismo color, puedes hacer el más claro añadiendo pintura blanca, hasta hallar el color exacto que desees. Normalmente, el tono más oscuro se pone en la parte de abajo de la habitación, para que la parte de arriba parezca más iluminada y aporte luz a las paredes.
La forma de aplicarla es poniendo el tono oscuro en la parte de abajo, y la mas clara desde arriba. En la zona en la que se unen, hay que dejar un hueco. A continuación hay que estirar la pintura, mezclando la clara y la oscura. Es importante utilizar una pintura que no seque rápido, para que dé tiempo a mezclar ambos lados poco a poco.
También es posible mezclar dos tonos diferentes, aunque es más difícil. Si no sabes cómo mezclarlos, tienes los muestrarios de tonos de pinturas, para que veas el efecto de mezclar dos tonos. Además, en estos casos lo mejor es escoger tonos pastel más claros, que son más fáciles de mezclar en degradado.