Comenzar una vida con otra persona supone adaptar un hogar para dos, y algunas habitaciones serán compartidas, como el dormitorio matrimonial. Decorar este dormitorio supone tener en cuenta gustos en común, y pensar en todos los detalles para que dos personas se sientan totalmente cómodas en el mismo espacio.
Tanto los muebles como el estilo, la iluminación o el almacenaje extra van a ser muy importantes a la hora de decorar el espacio, por lo que habrá que tenerlo en cuenta. Además, el hecho de tener que contentar los gustos de dos personas harán que en muchas ocasiones nos decantemos por ambientes neutros y sencillos, que gusten a todo el mundo, aunque siempre se pueden añadir detalles personalizados.
El primer paso será elegir la cama adecuada, con la amplitud suficiente para que ambos os sintáis cómodos y no surjan conflictos. Hay que buscar la mejor solución en tamaño, y que se adapte al espacio que tenemos. El estilo puede ser variado, aunque el toque clásico, vintage o rústico es una buena idea que suele crear espacios más neutros, aptos para los gustos de todos.
En cuanto a los tonos, podemos decantarnos también por los más neutros, con colores beige y cálidos como el marrón o el naranja, que crean un ambiente acogedor, y utilizar una base en color blanco, que se ha vuelto a poner de moda. También se pueden añadir verdes, rojos o azules, incluyendo los gustos de ambos para el toque personalizado. Si son tonos fuertes, se pueden incluir solamente en algunos detalles.
El almacenaje va a ser importante, porque son dos personas. A cada lado de la cama cada uno debe tener su propia mesita, personalizándola con la lámpara o los detalles que deseen. El armario es otra opción que debe resultar funcional, pero también se pueden añadir cómodas, o bien una cama con almacenaje debajo para aprovechar todo el espacio disponible.