La moqueta puede dar un toque confortable y cálido a tu hogar sin necesidad de invertir demasiado. Sigue nuestra guía para elegir tu moqueta adecuadamente.
- Determina la calidad
Antes de elegir tu moqueta es importante determinar bien su calidad y lo debes hacer teniendo en cuenta dónde vas a ponerla (cuarto de baño, salón, dormitorio…). Si la vas a poner en el pasillo, por ejemplo, será una zona de paso frecuente y, por tanto, la moqueta deberá ser más resistente.
Mira también el reverso de la moqueta, que puede ser de espuma o de fibras naturales. Generalmente, cuanto más grosor tiene mayor es su calidad. Este espesor además, juega un papel importante en cuanto a aislamiento acústico y térmico. Las moquetas más gruesas «absorberán» eficazmente el ruido y protegerán mejor del frio.
- Elegir bien la materia y el aspecto
El material y la apariencia de tu moqueta también es un factor importante a tener en cuenta. Respecto a la materia, podrás encontrar en el mercado moquetas sintéticas y naturales. Las sintéticas están generalmente hechas de nylon y polipropileno. Es una opción mucho más económica, su mantenimiento es fácil y es de larga duración. Las moquetas de poliéster son un poco más frágiles y están reservadas a piezas como el cuarto de baño o el dormitorio.
Las moquetas naturales están compuestas de lana y fibras vegetales como la sisal, algas marinas o coco. El calor, la resistencia y el aislamiento son algunos de sus puntos fuertes, además, no contienen sustancias tóxicas perjudiciales para la salud. Por supuesto, su precio es más alto que el de las moquetas sintéticas.
Respecto a la apariencia, podrás encontrarlas rizadas, trenzadas, aterciopeladas, etc. Pero no se trata solo de una elección decorativa. Por ejemplo, las moquetas rizadas son más adecuadas para lugares de paso como los pasillos o escaleras. Las moquetas de terciopelo son más adecuadas para salones o dormitorios debido a su suavidad.