Las alfombras son un elemento muy importante en la decoración, ya que aportan una gran calidez a los espacios, cubriendo el suelo y dando un poco de calor. También pueden añadir estilo a nuestra casa, pero desde luego son elementos que deben cuidarse mucho.
Os contamos cómo poder hacer una limpieza de las alfombras de nuestra casa y cómo cuidarlas. De esta forma podremos tener las alfombras en perfecto estado durante más tiempo.
Cómo elegir la alfombra para el hogar
Las alfombras son textiles que aportan mucho a nuestro hogar, ya que nos sirven para vestir el suelo. Hay muchos tipos de alfombras, desde las que se ponen en el pasillo y tienen forma alargada a aquellas que se añaden en las habitaciones o en el salón. Dependiendo del lugar encontraremos distintos tamaños, pero no solo tenemos que buscar un tamaño adecuado, sino que tendremos que elegir entre diversos colores y diseños. Si tenemos alguna alergia siempre es importante evitar las alfombras que tengan pelo largo, porque acumulan mucha más suciedad. Sin duda son más fáciles de limpiar las alfombras que tienen el pelo corto.
Cuidados básicos para tu alfombra
Las alfombras deben cuidarse con frecuencia para que tengan siempre buen aspecto y para que no acumulen demasiada suciedad. Un básico consiste en mover los muebles que puedan tener encima, ya que la presión de las patas puede llegar a estropear la alfombra en esos puntos. Si movemos los muebles la alfombra no se estropeará.
Hay que evitar que la suciedad se acumule en las fibras de la alfombra. Por eso se debe aspirar con frecuencia. Esta es la mejor forma de mantener limpia nuestra alfombra a diario. De esta forma no ser verá apelmazada o estropeada y las fibras se mantendrán en mejor estado.
Limpiar manchas puntuales
Las manchas puntuales se pueden limpiar en el momento para evitar tener que limpiar toda la alfombra. Algunas pueden ser manchas especiales como el vino tinto, el cual se suele quitar con gaseosa. En general debemos tener un producto antimanchas para alfombras que nos ayude en estos casos. Se debe usar papel absorbente y retirar lo que podamos con él. A continuación se aplica el producto antimanchas y se deja actuar para que absorba la mancha. Se retira con una esponja un poco humedecida y se deja secar al aire. Si vemos que todavía quedan restos aplicamos de nuevo el producto antimanchas frotando con cuidado.
Cómo guardar tu alfombra
La alfombra se puede guardar con cuidado si no la utilizamos durante una temporada. Se debe llevar a limpiar en profundidad por un profesional, ya que las limpiezas se deben hacer al menos una vez al año. Se pueden añadir papeles de periódico para evitar que coja humedad y se enrolla con cuidado. Se puede envolver en plástico o papel y guardar en un sitio que no tenga mucha humedad ni tenga luz directa que pueda estropear su colorido. Se debe dejar colocada en una posición en la cual no se deforme. Es decir, es mejor no ponerla de pie, porque así el peso puede hacer que se deforme la parte de abajo. Se debe envolver por completo porque así también evitamos que el polvo pueda mancharla con el tiempo. Si la guardamos bien, nuestra alfombra permanecerá intacta cuando volvamos a usarla.
Recupera el color de tu alfombra
Uno de los principales problemas que surgen con las alfombras que tienen un bonito colorido es que el color puede deslucir con el tiempo y el uso. Es importante evitar que la luz directa le afecte a la alfombra, porque la luz solar estropea mucho el color. Además de esto se pueden usar algunos trucos caseros para mejorar el color. Utiliza sal gorda con agua en un bol y extiéndela por la alfombra frotando con un cepillo. Deja actuar y finalmente retira todo con la aspiradora. También se puede utilizar vinagre para mojar la alfombra y mejorar el colorido. No obstante, si usamos vinagre hay que intentar retirar el olor después de utilizarlo.
Alfombras de fibras naturales
Hay algunas alfombras de fibras naturales que se tienen que limpiar con mucho cuidado para no estropearlas. Las de bambú se pueden lavar con jabón neutro y con agua, sin frotar demasiado. Se debe dejar secar muy bien para evitar la humedad en el bambú que puede estropearla. Si la alfombra es de yute se puede usar un paño empapado en agua salada e ir frotando poco a poco. Se debe dejar secar pero no a la luz solar.
Si estamos ante una alfombra de algodón se puede limpiar con vinagre blanco y agua tibia, o bien con jabón neutro y agua, siempre desde el centro hacia afuera. Las alfombras de lana son incluso más delicadas, por lo que si las limpiamos en algún punto debemos secarlas rápidamente para que no le quede la humedad.