¿Tus hijos han crecido y pero su dormitorio no lo ha hecho con ellos? A medida que los niños crecen y se desarrollan cambian sus gustos y preferencias pero también sus necesidades. Y ese espacio decorado en colores vivos e invadido por juguetes deja de serles útil. Y ¿cómo transformar entonces una habitación infantil en una juvenil?
Lo ideal para acometer la transformación es contar con el beneplácito del adolescente incorporando al mismo colores y elementos que reflejen su personalidad. Además, será necesario proporcionarles un espacio de almacenaje y una zona de estudio adecuado a sus nuevas necesidades. A continuación exploramos las claves para adaptar un dormitorio infantil a uno juvenil. ¡Toma nota!
Dale un nuevo color a las paredes
Pactar con tu hijo un color con el que se sienta identificado para usarlo en la pared principal es algo que resulta muy conveniente. Negros, grises, azules oscuros y verdes pasteles funcionan muy bien los dormitorio adolescentes y son colores que generalmente atraen a estos.
También puedes considerar la posibilidad de utilizar papel pintado o murales para añadir personalidad a las paredes. Como la pintura, te recomendamos que utilices estos en la pared principal, escogiendo un color neutro mas claro para el resto de paredes.
Después podéis buscar juntos un color acento que combine con ese y que se refleje en distintos elementos como la ropa de cama, pequeños muebles o accesorios. Si algun mueble está muy viejo pero queréis reutilizarlo podréis pintarlo de este color y darle una segunda vida.
Sustituye la ropa de cama
La cama es un elemento muy importante de la habitación por eso cambiar la ropa de cama hace que esta se transforme. Sustituye las fundas con motivos infantiles con las que vestías la cama hasta el momento por otras mas acordes a su edad. Puedes apostar por una funda nórdica lisa en ese color que escogisteis como acento o apostar por una estampada con motivos geométricos.
Dale al escritorio un mayor protagonismo
Hasta ahora el dormitorio estaba diseñado para satisfacer su necesidad de juego, pero ha llegado el momento de crear una buena zona de estudio que le acompañe hasta sus años de universidad. Lo habitual es pegar el escritorio a la pared, pero dependiendo de la distribución y el tamaño del dormitorio podrías también utilizarlo como separación entre diferentes zonas.
Mas allá del lugar que ocupe este asegúrate que tenga una superficie de trabajo amplia que permita colocar un ordenador y trabajar con comodidad en ella. Además, por supuesto, de espacio de almacenaje para los útiles de estudio y una iluminación natural y artificial adecuada.
Proporciona nuevos sistemas de almacenaje
Transformar una habitación infantil en una juvenil supone adaptar esta a las nuevas necesidades de los ahora adolescentes. Y una de estas nuevas necesidades suele ser aumentar el espacio de almacenaje, tanto para su ropa como para objetos relacionados con sus hobbies y útiles de estudio.
Puedes colocar un armario adicional si tienes espacio o apostar por módulos cerrados altos o estanterías en las paredes. Las camas altas con cajones integrados también son un gran aliado para aumentar el espacio de almacenamiento, así que si ya estabas pensando en cambiarla ¡hazlo ahora!
Incorpora unos pufs
Los adolescentes viven en sus habitaciones; descansan, estudian y se relacionan en ellas. Y es importante proporcionarles un espacio adecuado para todo ello. Nos acabamos de ocupar de la cama y un poco antes hablamos de la zona estudio, así que únicamente falta proporcionarles un rincón en el que refugiarse, perderse en las redes sociales o pasar tiempo con sus amigos.
Teniendo en cuenta que los dormitorios tienen el espacio justo, una alternativa estupenda es colocar un par de pufs en el suelo en los que puedan sentarse o tumbarse. Hoy en día existen pufs muy cómodos, como los que ves en la imagen superior, que son ideales para una habitación juvenil.
Añade elementos decorativos que reflejen sus gustos y aficiones
La clave del éxito de una transformación de una habitación infantil a una habitación juvenil es que guste a su inquilino. Mas allá de funcionalidad deberás ocuparte también de la estética, ya que esta jugará un papel muy importante en su opinión y en sus relaciones. Deja que el dormitorio refleje sus gustos y sus pasiones.
Si le gusta el skate deja que lo cuelgue en un lugar preferente en la pared. Si disfruta mucho leyendo, coloca una estantería que pueda llenar con sus libros favoritos. ¿Quiere colgar imágenes en las paredes? Proporciónale un corcho o sistema para que pueda hacerlo.
Involucrar a tu hijo en la toma de decisiones es una estupenda idea, aunque no siempre el camino mas fácil. Marca los límites pero disfruta y aprovecha su creatividad para que el dormitorio se convierta en un espacio único y personal en el que adore estar. ¡Divertíos juntos!