La galería es un espacio que se conecta con el interior de la vivienda y el exterior. Para empezar con la construcción de la misma se requieren ciertas condiciones, por ejemplo la altura de la fachada. Si la casa se distribuye en una planta baja habrá que buscar una pared que permita desarrollar una pendiente perfecta y que termine en un alero con altura suficiente para que no impida la entrada de sol en invierno. Y si la fachada tiene balcones en la primera planta, podría resolverse con una cubierta plana o un tipo de protección con pendiente mínima.
Un componente importante a tener en cuenta es la orientación y la reducción de luz natural en el interior. La orientación que funciona mejor para estas latitudes es la del sur. Es fundamental, adaptar la estructura de la galería al estilo arquitectónico de la casa.
Los elementos principales para la construcción son: estructura de apoyo, cimentación, cubierta y la base.
Los pilares de apoyo pueden ser de ladrillos, soportes metálicos o maderas macizas estructurales. El material elegido para la estructura y la cubierta tienen mucho que decir, la madera aporta un toque rústico y el metal es ligero y actual.
El cerramiento puede ser de paños fijos, combinados con puertas o un cerramiento de apertura total como el que se obtiene con un sistema plegable. Este último es el más indicado para una galería que se quiera tener abierta durante el verano.
Para que el suelo sea más cálido recurre a un embaldosado flotante de madera. La iluminación debe ser tratada igual que cualquier otro espacio de estar.
Por último a la hora de decorar el ambiente, conviene elegir muebles y complementos resistentes a la intemperie, por ejemplo ratán, aluminio, fibras sintéticas, hierro, teca, etc.