El estilo nórdico es aquel que viene de los países escandinavos, por lo que es perfecto para poder incluirlo en la decoración navideña estas fechas. Es un estilo muy sencillo, con pocos tonos, todos muy neutros, y sobre todo con detalles básicos e inspirados en la naturaleza.
Para decorar los espacios en este estilo hay que remitirse a la mínima expresión, por lo que no podemos recargarlo todo con detalles navideños, sino dar un toque que nos recuerde que estamos en esta época pero sin que resulte excesivo. Por esto también es un estilo muy económico, en el que los detalles son pocos pero con gran personalidad.
Muchos de los detalles tienen un aspecto muy natural, realizados con ramas o con madera, porque no hay que olvidar que el toque escandinavo siempre tiene algo de rústico. Hacer un árbol de navidad básico con madera es una idea genial, y se puede pintar con tonos grises o blancos para que combine con el resto del ambiente. También nos gusta la sencilla idea de una guirnalda de luces, que puede quedarse todo el año como decoración. Recoger unas ramas para hacer un árbol o un centro de mesa improvisado también es una idea estupenda.
Aunque se trata de un estilo nórdico, tampoco tenemos por qué renunciar a un árbol de Navidad con profusión de detalles. Eso sí, el color debe ser el blanco o el plateado, que serán los que se mezclarán a la perfección con este estilo. La alfombra de pelo del pie del árbol aporta el toque escandinavo perfecto.
Los detalles también importan, por lo que a la hora de envolver los regalos podemos decantarnos también por tonos neutros. Si nos gusta la decoración nos daremos cuenta de que utilizar los tonos perfectos siempre es un acierto, y en este caso deben ser tonos pastel o suaves.