El estilo ecléctico se inició en Francia en el siglo XVIII aunque vivió su máximo apogeo en la Época Victoriana donde convivían diversos estilos como: el renacimiento, el rococó francés, el isabelino y el gótico.
La palabra “Eclecticismo” viene del griego “eklegein” que significa escoger, así pues, el estilo ecléctico se basa en escoger y combinar piezas de diversas épocas, estilos y culturas, con el objetivo de crear un ambiente personalizado y diferente. Incluso podemos llegar a mezclar muebles que parecen incompatibles entre si.
El secreto reside en combinar las diferentes piezas con gracia y sin recargar demasiado el ambiente. Se trata de un estilo absolutamente personal y muy subjetivo, no existen reglas a la hora de introducirlo en nuestra decoración, ahí es donde reside todo su potencial y su gran diferencia con el resto de estilos de decoración.
La diversidad de piezas escogidas en una decoración ecléctica la definirá al propietario. Una buena idea es mezclar piezas heredadas con muebles actuales jugando con textiles, pinturas de paredes, vajillas y accesorios para armonizar el ambiente, que fácilmente puede quedar recargado. Es un estilo ideal para personas que no se clasifican en un único estilo decorativo, para coleccionistas, para cinéfilos, para nostálgicos.