Las cocinas largas y estrechas pueden suponer un auténtico quebradero de cabeza a la hora de decorar. Y, hay que reconocerlo, en los pisos y viviendas nuevos la tendencia es a reducir cada vez más esta estancia, que es una de las más importantes de la casa.
Cuando nos encontramos con una cocina alargada y estrecha nos encontramos con claras dificultades: no se les pueden añadir demasiadas cosas porque el espacio está muy reducido. No nos queda más remedio que buscar soluciones prácticas a fin de lograr optimizar las zonas de trabajo y de almacenaje. Puede ser un reto interesante.
Si nuestra cocina es larga y angosta, el primero de nuestros objetivos será el de intentar que tenga un aspecto más ancho. No se puede hacer magia, aunque sí influir en ciertos elementos decorativos para que su aspecto cambie. Al menos, para que parezca más ancha y espaciosa de lo que es en realidad.
Porque, si bien es cierto que ya no se construyen cocinas tan grandes como las de antes, también es verdad que en el mundo de la decoración y el interiorismo contamos con más armas y recursos para corregir lo que no nos gusta. Las ideas y diseños para cocinas estrechas se han adaptado a los nuevos tiempos y han encontrado su lugar en los hogares modernos.
De hecho, por increíble que parezca, son muchas las personas que dicen sentirse más cómodas en una cocina pequeña, donde se organizan mejor y no tienen que estar moviéndose de un lado a otro mientras cocinas. A pesar de eso, parece que en la cuestión de que la cocina parezca más grande sí hay unanimidad.
Hay algunas ideas sencillas y básicas que nos pueden resultar muy útiles a la hora de lograr una cocina funcional y práctica, por larga y estrecha que esta sea. Hay que cuidar especialmente la elección de los muebles, los colores y la iluminación para así sacarle todo el partido. Vale la pena intentarlo, sobre todo teniendo en cuenta que este es uno de los lugares de la casa donde vamos a pasar más tiempo:
Apostar por tonos claros
Los colores claros son sin duda la mejor elección para cualquier espacio que sea pequeño. Si además es estrecho, la luz estará más limitada aunque tengamos una ventana, por lo que es fundamental saber elegir bien el color de paredes y techos, muebles, cortinas, etc.
No solo las reglas básicas de la decoración, sino también el instinto, nos indican que las tonalidades más apropiadas para conseguir este fin son el blanco en toda su gama, los tonos crudos, el gris claro, el beige e incluso los colores pastel, aunque sin abusar. Demasiado color en un lugar pequeño es arriesgado: puede llegar a saturar y aburrirnos.
Fijémonos en la imagen de arriba. La cocina es claramente pequeña, tanto que ni siquiera nos permite abrir la puerta por completo. Para hacerla más amplia a los ojos, tanto el suelo como las paredes resplandecen con un luminoso blanco que parece brillar más por la luz que entra por la única ventana. En ella, para conseguir que penetre el máximo de luz, las cortinas son unas simples gasas translúcidas.
El mobiliario de cocina es un gris verdoso muy suave que casa perfectamente con el blanco predominante. Para equilibrar un poco, hay algunos detalles en verde, el del menaje y de las plantas (que siempre quedan bien en una cocina), y en negro: el de la vitrocerámica y el interior del fregadero.
La importante de la luz en las cocinas largas y estrechas
La iluminación es muy importante en todas las cocinas, pero especialmente en las que disponen de poco espacio. La luz es un elemento valioso que nos va a ayudar a conseguir una mayor sensación de amplitud. Será básico contar con una fuente de luz natural, preferiblemente un ventanal o una puerta que dé al exterior. Pero es posible que en ciertas cocinas eso no sea suficiente.
El recurso lógico es tratar de reforzar esa luz natural con iluminación artificial. En el techo hay que olvidarse de florituras y apostar por una correcta y eficaz iluminación cenital, con paneles encastrados o focos halógenos de cierta potencia. Cuanto más alto sea el techo, más hay que incidir en este tipo de iluminación.
También es una buena idea insertar puntos de luz adicionales en el interior de las vitrinas, en las estanterías, etc. Esto, además de «agrandar» nuestra cocina, la dotará de algunos rincones especialmente encantadores.
También resulta muy eficaz utilizar materiales que reflejen la luz en encimeras y armarios. Como hemos visto en el ejemplo de antes, el blanco sirve para potenciar el efecto de la iluminación, así que vale la pena dedicar un poco de tiempo a estudiar cómo colocar esos puntos de luz y su incidencia sobre las superficies de nuestra cocina.
La importancia del orden
Es bien sabido que el desorden en una habitación hace que la veamos más pequeña de lo que es. Pues bien, esto también funciona en sentido inverso: si logramos mantener una cocina despejada y ordenada, haremos que luzca como si fuere más espaciosa.
No hablamos solamente de limpieza (aunque eso también ayuda), sino de contar con buenas soluciones de almacenamiento para que solo quede a la vista lo imprescindible. Casi nos atrevemos a afirmar que este es el paso número uno que hay que plantearse conseguir antes de empezar a pensar en las cuestiones anteriores sobre colores e iluminación.
Así pues, eliminemos de la vista cacerolas, platos, vasos, así como cualquier clase de adorno innecesario en nuestras cocinas largas y estrechas. Apliquemos las reglas básicas del minimalismo y reduzcamos la presencia de objetos en la cocina a lo meramente imprescindible. Escondamos todo eso de nuestra línea de visión, pero almacenados con orden. Haciendo esto, no solo vamos a ganar mucho en lo estético, sino también en comodidad al eliminar obstáculos de nuestro camino.
Las paredes van a ser el espacio en el que encontraremos mayor zona de almacenaje, la que nos va a brindar un abanico de posibilidades más interesante. Es por eso que podemos aprovecharlas al máximo, por ejemplo colocando estantes hasta el techo. Lo más aconsejable es que sean cerrados, ya que no se ensucian tanto.
La consigna podría ser esta: aprovechar bien hasta el último centímetro de nuestra cocina. Para conseguirlo, a veces vamos a necesitar la ayuda de profesionales que diseñen ingeniosas soluciones adaptadas a las peculiaridades de cada cocina.
Llenar la cocina de cajones y armarios tiene muchos beneficios, aunque también ciertos riesgos. Hay algo que debemos tener muy en cuenta: esas soluciones nos van a servir para despejar nuestra cocina, pero al mismo tiempo nos van a restar en nuestra búsqueda de una mayor sensación de espacio y luz. Habrá que ser, por tanto, muy cuidadoso y tratar de buscar un equilibrio no siempre fácil de encontrar.