No teníamos muy claro como referirnos a estos huecos verticales y estrechos practicados en las paredes para permitir el paso de luz. Podríamos referirnos a ellas como ventanas, pero lo cierto es que no cumplen un requisito indispensable de éstas; no permitir la ventilación.
Las entradas de luz que protagonizan hoy nuestro espacio son altas y estrechas. Tienen un gran poder decorativo y permiten el paso de luz bien del exterior al interior de nuestro hogar, bien de una habitación a otra. Además son discretas; nadie a cierta distancia conseguirá ver nada a través de ellas.
No se puede negar el valor estético de este elemento arquitectónico que además permite entrar la luz a nuestro hogar de forma discreta. ¿Por qué de forma discreta? Porque no permiten ver lo que ocurre en la habitación a cierta distancia. Sus características lo impiden; se extienden generalmente desde el suelo hasta el techo pero no tienen más de 25-30 cm de anchura.
Son, por tanto, una buena alternativa para dejar que la luz natural del exterior inunde nuestro hogar las 24 horas del día sin filtros; cortinas, materiales traslúcidos o espejos. Por su tamaño además no nos robarán tanta pared útil como las ventanas, lo que nos permitirá amueblar la estancia con mayor comodidad.
Este tipo de ventana, alta y estrecha, también puede instalarse entre dos habitaciones. De esta forma, conseguiremos que la luz pase de una a otra. Es una alternativa especialmente interesante cuando tenemos habitaciones sin ventanas. Podemos utilizarlas entre el dormitorio y el cuarto de baño o estudio, entre el salón y el recibidor… seguro que tu encuentras mas espacios donde te resultaría útil o visualmente atractiva
Desde el exterior se verán como un elemento atractivo y original y desde el interior, disfrutaremos de la luz y privacidad que otorgan. ¿No os parecen estas entradas de luz altas y estrechas una gran propuesta?