Como en una pintura, la variedad de colores también son importantes en un entorno que le dan carácter y una cierta percepción del espacio. El ojo, incluso antes de percibir los detalles y el mobiliario, pinturas, tapicerías, cortinas, arroja luz sobre los tonos de color y sus combinaciones.
El color también puede producir ilusiones ópticas que cambian el tamaño y hasta las formas percibidas en una habitación, ya que estimula las facultades perceptivas del ojo humano. Así que los colores son lo primero que afecta a los ojos y al estado de ánimo de quien ingresa a un ambiente.
Lo agradable se siente cuando luego de pintar una pared, quienes visitan el hogar se ven afectados positivamente debido a los nuevos matices, sensaciones y emociones que evocan los colores, ¿por qué elegir un color brillante en lugar de uno oscuro que crea una gran diferencia.
El impacto sensual de color también se hizo hincapié en la gama de colores que se divide en dos clases de colores: los colores cálidos (rojo, amarillo, naranja) y los colores fríos (índigo, azul, verde). El primero brinda una sensación de calidez y protección, mientras que el segundo, frescura y amplitud.
La elección de los colores que caracterizan a un ambiente es familiar, no hay un color específico para cualquier entorno. Todo está en la imaginación de los que aporta, en la capacidad de reunir colores que crea un efecto agradable en la habitación. Las combinaciones de colores del pasado han perdido importancia, ya que tienden al mal gusto.
Una buena combinación de colores en la decoración crea diferentes efectos fantásticos, iluminan el hogar, por lo que logra aparentar ser más cómodos, que se reduzcan o se amplíen, los ambientes.
Curioso también el absolutismo de color, es decir, la elección de un color para toda la decoración, todo blanco o todo negro. El blanco es la suma de todos los colores y la falta absoluta de color negro.
Cada color, ya sea en las paredes o muebles, el brinda y da voz al medio ambiente y se relaciona con el contexto.