La iluminación es muy importante, le aporta intensidad o calma, el tono de la luz y su reflejo en los muebles es crucial en la decoración de un espacio e influye en nuestra salud y estado de ánimo. Imagina por un momento si tu salón en lugar de tener esa luz amarillita tan agradable tuviera un foco cuya lámpara roja proyecta un luz rojiza contra las paredes o imagina que la luz es completamente blanca como la de un hospital. ¿Qué preferirías?
La regla fundametal para conseguir una buena iluminación que contribuye a nuestra calidad de vida es que las ventanas y la disposición del espacio permita que entre la luz solar el mayor tiempo posible y cuando no haya más remedio que la luz sea lo más parecida posible a la luz natural. Si usas pantallas lo mejor es que tengan un tono anaranjado. Es mucho más relajado cuado oscurece.
En ese post te damos dos indicaciones que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir que tipo de iluminación vas a usar.
En primer lugar, las lámparas más saludables son la de espectro completo. Te pregutarás por qué. Sencillamente, es así porque reproducen más fielmente el índice de reproducción cromática (IRC) de la luz. Relajan muchísimo la vista.
En segundo lugar, con las de bajo consumo debes tener en cuenta que pueden crear campos electromagnéticos y, por tanto, deberías ubicarlas a 150 cm de distancia de las butacas.
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Foto – salones-decopasion.com