Con especial cariño os invito a que conozcáis el trabajo de Marie e Annica, dos diseñadoras suecas que han decidido dar continuidad al trabajo de su abuelo, el fundador de Bolon.
El Señor Eklund aprovechaba los restos de textiles de fábricas vecinas y los convertía en alfombras de trapo tejidas. Al parecer sus nietas han heredado su instinto creativo y ahora aportan nuevas directrices a la empresa, utilizando materiales reciclables para producir sus moquetas vinílicas.
Su pasión por la moda y el diseño se refleja en sus creaciones, que son únicas. Cada composición exclusivamente desarrollada refleja la necesidad de crear espacios vibrantes y a la vez acogedores. Destaco la colección diseñada en comunión con la italiana Missoni (me encanta), que refleja las clásicas tramas de la firma de forma excepcional y apasionante.
Me parece un recurso perfectamente adecuado para emplearse en estancias neutras que necesiten un toque de alegría y personalidad. Además, estas moquetas son antideslizantes, se pueden utilizar en lugares con calefacción radiante y limpiar con agua.