Si te gusta la llegada de la primavera, también adorarás ese cambio de tonos que hay en todas partes. Todo se llena de colores más vivaces y luminosos, por lo que nos centramos en colores como el aguamarina, que puede darle un toque totalmente fresco a tu hogar.
El aguamarina o turquesa es un color ideal para un lugar de costa, porque sin duda recuerda a esos fondos marinos. Tanto se puede incluir en el color más intenso, como en uno más suave, tirando a pastel, pero al ser tan llamativo, es un color que se debe aplicar en pequeñas pinceladas.
Los dormitorios pueden utilizar textiles con aguamarina. Si incluimos mucho blanco, tendremos una habitación limpia, clara y luminosa, como esos mares del Caribe. Se le pueden añadir detalles de coral, o conchas, con motivos marinos que recuerden a esta temática.
Este llamativo color también es una muy buena idea para renovar los muebles más antiguos. Se les da un aspecto renovado, y lejos de la madera tradicional. con acabados plateados o dorados, o con textiles estampados como en las sillas, tendremos unos muebles vintage con la cara lavada, para poner en cualquier rincón de la casa.
Hablando de pequeños detalles, si tenemos una decoración sencilla, en color blanco o tonos básicos como el beige o el gris, se pueden añadir pequeños toques intensos de este aguamarina. Es un color ideal para esos estantes de libros. Uno de ellos hecho a mano, en la pared, aportando una nueva vida a un rincón que podía no aprovecharse de otra manera.
Los colores y estilos que se pueden mezclar con este tono son variados. Los mejores colores son el blanco, con una gran base clara, pero también los toques de amarillo, de rosa intenso o de amarillo. Y los estilos pueden ir desde el nórdico más sencillo al bohemio más llamativo.