Hay veces en que los proyectos de arquitectura e interiorismo nos sorprenden, y mucho. Esta es una de esas veces, en la que vemos esta vivienda por dentro y no podemos creer que antiguamente fuese un molino de agua. Restaurar bonitos edificios antiguos siemmpre es algo genial, y suelen quedar increíbles, pero también es buena idea hacerlo con edificios que se usaban para el trabajo.
Como podemos ver en este molino, ahora es una vivienda elegante y clásica, con rincones muy tranquilos y con unos espacios exteriores estupendos. Sin duda es una casa ideal para un retiro, o para vivir una vida tranquila en familia. Además, los espacios por dentro son muy grandes, y como veremos se han aprovechado bien.
En su zona de exterior tienes un lugar estupendo para comer o hacer cenas. Con un enorme jardín, con lagos cerca y una zona para comer muy extensa, está muy bien distribuido.
Dentro se puede ver cómo se ha conservado la estructura natural del molino, con ese tejado con caída. La parte superior es un vestidor estupendo, con mucho espacio. Nos encanta ese uso del papel de pared, que aporta modernidad a todo el conjunto, que podría parecer aburrido sin él.
Por otro lado, tenemos una espaciosa librería, un lugar que también puede ejercer de salón y de lugar de estudio o de relajación. Son impresionantes esas estanterías hasta el techo, aprovehcando todo el espacio. Los muebles son bastante clásicos y muy sencillos, buscando algo entre lo rústico y lo moderno.
En el comedor y la zona de la cocina vemos cómo se usan igualmente los blancos en las paredes, los muebles de madera oscura y el suelo en gris oscuro. Es una combinación sobria pero que funciona y queda muy elegante. Como puedes ver, tiene un estilo sencillo, con los detalles básicos.