Bucólica, poética, encantadora.. se me ocurren mil y un adjetivos para definir los interiores de esta casa ubicada en Bruselas. Propiedad de la diseñadora de interiores y arquitecto Muriel Bardinet, esta casa reúne un gran número de antigüedades que confieren al espacio mucha personalidad.
La que fuera sucesivamente un orfanato y un restaurante japonés es hoy una vivienda familiar ¿a prueba de niños? Una vivienda cuyo muro al jardín fue sustituido por una pared de cristal para dejar pasar la luz hasta el sótano y en la que se conservan numerosos elementos vintage.
Esta es una casa de ensueño, al menos para mi. Me encantan los suelos de madera, naturales e imperfectos y los azulejos que dan vida al salón, abierto hacia el jardín. Esta es sin duda, la estancia principal de la casa, presidida por una basta mesa de madera, sofás y butacas vintage.
El conjunto de cuadros que adornan la pared, es sin duda uno de los elementos mas singulares de este casa belga. En tonos sepia, aportan vida a unas paredes blancas y desconchadas que sirven de lienzo en toda la casa. La magia de esta propuestas está en no caer en lo aburrido y previsible; si no, ¡fijaos en el reloj!
Las cómodas de madera son otro de los «lujos» de este hogar como lo son también sus originales estanterias; composiciones de madera y hierro que se comvierten en elementos decorativos por si mismas. También debemos fijarnos en sus lámparas, espejos y otros elementos decorativos de menos peso ¡la casa está llena de detalles!
En cuanto a la habitación, esta sobresale por su simplicidad. Techos desconchados, paredes en tonos marrones y una sencilla cómoda junto a la cama. Una cama que sustituye el tradicional cabecero por arte. ¿Te gusta?
Mas información – Antigüedades decorativas en la casa
Fuente – Milk