A medida que las temperaturas suben y la época estival se acerca, ansiamos con mas fuerza ese merecido descanso que nos permita disfrutar de los placeres de la costa. Si imaginase un lugar concreto, probablemente parecerían unos interiores como los que hoy os muestro.
La combinación de blanco y azul proporciona a esta preciosa casa rústica la frescura y la calidez necesarias para lograr unos interiores magníficos. Favorecidos por la fotografía de Polly Wreford y el estilismo de Sarah Keady, nos invitan a soñar con un verano inolvidable y muy mediterráneo.
Un recorrido por los interiores de esta casa nos permiten percibir un sin fin de tonalidades azules. Todos ellos matizan el blanco, un color que aporta frescura y que ilumina cada espacio de esta cogedora casa de carácter «aspero» y rústico.
Todas las habitaciones de esta casa en la costa tiene tres características comunes que son las que le imprimen ese carácter rústico tan amable: paredes ásperas, suelos de madera desgastados y techos con vigas vistas de madera. Sin embargo es en los detalles azules y blancos en los que una se fija en primera instancia.
Los textiles y piezas de cerámica azules y blancos son, sin lugar a duda, quienes ponen el toque de atención sobre estos interiores. En la habitación son las mantas, alfombras y cojines, en el comedor los manteles, en el salón las sillas, en la cocina la estupenda vajilla y en el cuarto de baño la alfombrilla y las toallas.
Todos ellos aportan coherencia a la decoración de esta casa y también ese sabor a mar que tanto buscamos en verano. Además todos son elementos que podemos sustituir con facilidad si queremos renovar la decoración de la casa ¡aunque por el momento no vamos a pensar en ello!