A veces nos sorprendemos con viviendas en las que el espacio es más bien escaso, pero el gusto a la hora de decorar sobra. Este es uno de ellos, en los que nos demuestran que en pocos metros cuadrados se pueden hacer grandes cosas si tenemos cierta idea de decoración y si planeamos cómo aprovechar cada rincón.
En esta casa encontramos un espacio único en el que se mezcla el dormitorio con la zona del salón, un improvisado lugar para trabajar y una práctica cocina. Todo en escasos metros, pero sin que resulte agobiante o un lugar poco acogedor. Al contrario, vemos un estilo nórdico, sencillo, con toques modernos y originales para un espacio actual y hogareño.
En la pequeña zona del dormitorio vemos una cama con bonitos textiles. Las sábanas blancas ayudan a que todo parezca más luminoso y amplio, y los cojines y la manta le dan toques de color alegre. Esa manta con punto bien grueso es uno de los detalles más bonitos del cuarto, que le da mucha personalidad. Para aprovechar la pared, han instalado la televisión, la cual se ve desde el sofá. Así no pierden espacio con muebles.
En la zona del salón vemos un sofá que hace esquina, en el cual han puesto otra vez originales cojines para darle estilo. Un cojín de pelo y otros con estampados que le dan vida a un sofá gris. Toda la pared de ladrillos se pinta de blanco para dar luminosidad. Además tenemos unas pequeñas mesas nido para usar frente al sofá, una mesa en la esquina que hace de oficina frente a la ventana, donde hay mejor luz natural.
La cocina también está muy bien aprovechada. Con muebles de almacenaje y también una zona de trabajo con taburetes, que hacen de comedor. Todo junto en un solo mueble.