Mantener el orden en la cocina no siempre resulta sencillo. Sin embargo, hoy contamos en el mercado con numerosas soluciones de almacenaje que pueden ayudarnos. Las cestas de mimbre son un clásico muy recurrente. ¿Por qué? Probablemente por su sencillez, funcionalidad y estética.
Las cestas de mimbre, colocadas sobre estantes, se convierten en un estupendo recurso para almacenar verdura, fruta o utensilios de cocina. El mimbre y otras fibras naturales, proporcionan además al espacio un aire cálido y acogedor. Su estética hace que estos cestos se adapten especialmente bien a cocinas de estilo rústico, pero también podemos encontrarlas en espacios de otros estilos.
¿Por qué cestas de mimbre?
Los cestos de mimbre son sencillos, prácticos y económicos. El factor económico es, sin duda, uno de los factores clave en el éxito de este sistema de almacenaje. Tampoco debe menospreciarse la posibilidad de encontrar cestos de diversos tamaños y formas, así como la capacidad de éstos para adaptarse cocinas de estilos dispares.
¿Dónde colocamos las cestas de mimbre?
Podemos colocarlos en cualquier estante de la cocina. En la zona de la despensa nos resultarán muy prácticas para almacenar frutas y verduras. También podemos colocarlas junto a la mesa con el fin de recoger la mantelería o bien en la zona de trabajo para tener a mano todos esos utensilios de cocina a los que recurrimos frecuentemente.
Queremos que las cestas de mimbre queden a la vista. Para ello será necesario contar con un mueble abierto en la cocina. Combinar sistemas de almacenaje cerrados y abiertos resulta especialmente interesante en cocinas de pequeño tamaño, ya que ayuda a crear espacios visualmente mas ligeros. ¡Tenlo en cuenta!
La idea de colocar grandes cestos bajo la isla de cocina es una de las que mas ha llamado mi atención. Pero también me gusta la posibilidad que nos proporcionan de crear una zona de despensa sirviéndonos de una estantería metálica. ¿Y a ti? ¿Qué propuesta te ha llamado mas la atención?