El estilo industrial se ha revalorizado mucho, desde que ha sido usado en los típicos loft de ciudades como Nueva York, en donde se recuperaban estos espacios que anteriormente eran fábricas, dejando al aire elementos típicos como el ladrillo o el metal. Es un estilo que rememora el siglo XIX, con su estilo inspirado en la Revolución Industrial.
Una cocina de estilo industrial es un lugar que puede tener toques muy funcionales, con una estética moderna pero con toques vintage. Todo depende de los elementos por los que tengamos preferencia. A la hora de escoger cada pieza, hay que tener en cuenta que este estilo tiene unas claves determinadas.
Materiales para un ambiente industrial
Uno de los materiales que se tiene que utilizar siempre es el metal. Las tuberías al descubierto, estanterías metálicas o las sillas Tolix en metal son piezas míticas. Para que el ambiente no se vuelva demasiado frío, siempre se puede añadir madera reutilizada, que aporta mucha más calidez al ambiente. Esta madera tratada durará mucho tiempo, y se puede incluir en las estanterías, o bien en la mesa.
También es posible añadir piezas de cristal, con materiales muy naturales siempre, sin demasiado color. Una pared de ladrillo va a conseguir un efecto estupendo, auténtico, y hoy en día se puede poner aunque no sea la original. Ladrillos rojos y pequeños, que también aportan calidez.
El toque vintage
En este estilo siempre hay que añadir ciertos objetos de tipo vintage. Las lámparas suelen ser una clave interesante, con esos focos grandes parecidos a los utilizados en las fábricas. También puedes añadir uno de esos grandes relojes de aspecto antiguo, que se relacionan con este tipo de ambientes. Una mesa con ruedas también evoca la época industrial, así como los carteles antiguos de metal con anuncios. Tampoco dudes en añadir una de esas neveras Smeg coloridas y vintage.