Las mesas de cristal resultan siempre interesantes por su ligereza. Nos referimos con ello a la ligereza visual; lo que pesen o dejen de pesar es una cuestión práctica que hoy no vamos a abordar. Es así porque el cristal es transparente y como tal deja pasar la luz, ocupando visualmente poco espacio.
Una mesa de cristal no supone un obstáculo para ver que hay tras ésta; una característica cuanto menos interesante cuando se desea decorar un espacio pequeño y/o nos interese que una habitación no resulte demasiado recargada de muebles. En nuestra oficina o lugar de trabajo pueden hacer un gran trabajo, aportando además modernidad.
Las mesas de cristal no son las mas habituales en las oficinas. Y no es porque no posean características favorables. Además de ser ligeras, aportan un aura de modernidad a la habitación innegable. Se adaptan además a habitaciones de estilos diferentes, tanto industriales como clásicas, por citar dos.
Siendo así, ¿por qué no es habitual encontrar un escritorio de cristal en la oficina? Lo cierto es que al igual que asociamos a este tipo de mesas características positivas, podríamos asociar otras no tan positivas. El cristal es un material frágil y «frío» que aporta cierto aire señorial/formal a los espacios.
Con el fin de crear ambientes mas acogedores, se suele combinar el cristal con otros materiales. En ocasiones se utilizan patas de acero o metal para potenciar ese aspecto moderno y darle un giro industrial. También es habitual encontrar encimeras de cristal junto a cajoneras de madera, con el fin de ganar calidez.
Como podéis ver en las imágenes, los escritorios de cristal pueden convertirse en protagonistas de espacios de trabajo muy diferentes, Espacios sobrios en blanco y negro, espacios cálidos con la madera también como protagonista y espacios modernos decorados con accesorios en colores vivos como el amarillo.
¿Os gustan las mesas de cristal para decorar vuestra oficina?