Lo comprobaron en Suecia. Algo tan sencillo como dar una recompensa en forma de puntos incrementó significativamente el número de personas que se acercaron a un punto de reciclaje.
Cuando yo era pequeño se devolvían los cascos de vidrio y te daban dinero por ellos. Entiendo que soluciones como esta funcionen.
Lo recuerdo, aquellos tiempos en que 5 duros eran un pequeño tesoro. La lógica acción-recompensa es muy efectiva 🙂