El terciopelo se ha identificado en numerosos ambientes con la elegancia y sofisticación. Desde que se comenzase a utilizar en el mundo de la decoración su popularidad ha sufrido altibajos. Sin embargo, siempre hay quien no se resiste a ese punto clásico que aporta a los espacios.
Considerado desde otros tiempos mercancía de lujo, el terciopelo posee una textura muy característica. Muy suave al tacto, llama la atención por su carácter tornasolado. Y precisamente por este carácter y fuerte personalidad, los sofás de terciopelo constituyen una propuesta interesante para decorar el salón.
El terciopelo para bien o para mal no deja indiferente a nadie: es un material que amas u odias. Y como todos los materiales de estas características, conviene utilizarlo con mesura; combinado con otros materiales. Si bien hemos apuntado que aportará un toque clásico al ambiente, un sofá de terciopelo tiene cabida en muchos ambientes.
Un sofá capitoné, esa serie probablemente la apuesta mas clásica de cuantas encontramos en el mercado. Sobre una gran alfombra y junto a muebles de madera de carácter rústico, puedo aportar calidez a tu salón. También puedes combinarlo con muebles de diseño, si buscas un estilo mas moderno.
Ademas de por su textura, los sofás de terciopelo tienen mucha aceptación por su flexibilidad, tanto en cuanto a su diseño como a la gama de colores disponible. Grises, verdes, azules y rosas son probablemente los mas populares. Si buscas un estilo sobrio, apuesta por cojines del mismo material y color que el sofá; si deseas un conjunto alegre y divertido, escoge cojines estampados que jueguen al contraste.
Los sofás de terciopelo resultan cómodos gracias a su tacto suave y también cálidos, gracias a su textura. El «pero» lo encontramos en su delicadeza; el tercipleo es un material caro y se estropea con mayor facilidad que los materiales sintéticos. Su limpieza y mantenimiento son complicados; la luz solar directa tiende a decolorarlo y las manchas son dificiles de eliminar.