La diseñadora Simone Haag lo tuvo claro a la hora de diseñar los interiores de esta propiedad en Melbourne: blanco, blanco y mas blanco. Paneló las paredes de blanco y utilizó muebles del mismo color para que cada estancia ganase luminosidad. Las pequeñas pinceladas de color llegaron con el gris, el azul y la madera.
Los grandes ventanales dejan entrar una gran cantidad de luz natural a cada estancia de esta casa modernista. Esta característica, unido al gran protagonismo del blanco y la madera en la decoración , otorgan a esta casa aires escandinavos. El estilo escandinavo está de moda y no es de extrañar dadas sus características.
Cuando pensamos en un estilo de decoración nórdico, automáticamente pensamos en el blanco como color dominante, pensamos también en muebles minimalistas color blanco o madera y en espacios amplios y luminosos. Una por una, todas estas características se ven cumplidas en esta casa ubicada en Melbourne.
Cuando apostamos por lo blanco, los detalles de color destacan aun mas. Fíjate en los cuadros del comedor y salón; se convierten en grandes protagonistas destacando sobre el resto de la decoración. Tampoco las plantas verdes que decoran casa estancia pasan desapercibidas.
El gris y el azul son dos de los colores utilizados por Simone para romper el blanco. El gris se utiliza en diferentes elementos de salón y los dormitorios, mientras que el azul, da un toque muy original a la cocina. Nunca se me habría ocurrido separar los fuegos del resto de la cocina y sin embargo, en esta cocina resulta un detalle encantador aunque no creo que del todo práctico.
Si algo me gusta de este tipo de decoración es que los espacios no se llenan, no hay necesidad de ello. Se apuesta por muebles minimalistas, prácticos y por la sensación de amplitud.
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Imágenes- Armelle Habib